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Las cifras y datos económicos llegaron para quedarse. Ya nadie debe quedar ajeno al mundo de los números y de las finanzas, ni menos alumnos y sus profesores. ¿Cómo enseñar finanzas a los estudiantes? Aquí unos datos claves que nos entregó el profesor René Fernández Montt.
Por Marcela Paz Muñoz Illanes
—¿Cómo enseñar economía o finanzas a los alumnos?
—La economía al igual que las finanzas no siempre es enseñada a los niños en los programas formales del colegio. Justamente por ello, su enseñanza en una gran mayoría de los casos llega a través del ejemplo de los referentes. Debido a ello, cuidar nuestras conductas es relevante. Si no queremos que los estudiantes crucen la calle corriendo sin mirar a ambos lados, no lo hagamos, pues un niño puede observarnos y considerar que es una conducta apropiada. Lo mismo ocurre con la economía, aunque la complejidad está justamente en que al no ser una ciencia exacta, los ejemplos no son tan claros. Sin embargo, ayudar a optar a los niños entre un objeto y otro, les enseñará la aplicación del concepto «costo de oportunidad» y que además, no pueden tener todo al mismo tiempo. Enseñar en la cotidianeidad es relevante, si los alumnos observan que el padre compra sin considerar relevante la cantidad de cuotas que ocupe, entenderá que ello es una lección para replicar.
—¿Qué estrategias efectivas se pueden utilizar? Entregar herramientas concretas.
—Ir al supermercado con el niño y elegir productos en conjunto es una excelente oportunidad para practicar las matemáticas, calculando la cuenta conforme agregamos productos al carro y más aún, comparando dicho cálculo con un monto asignado a gastar en esa visita al supermercado. Si al ejercicio numérico le agregamos las restricciones de que se debe llevar productos imprescindibles como la leche, el niño aprenderá a priorizar también y a no llenar el carro del chocolate más llamativo de la góndola. Este ejercicio debe desarrollarse de a poco, es decir, es relevante fijar los lineamientos al niño e ir recordándolos en cada etapa.
En próximas visitas al supermercado se puede ir entregando mayor independencia al niño para apreciar su aprendizaje. Este juego capacitará al niño en el manejo de las finanzas personales, asunto crucial para posteriormente entender las finanzas de las empresas o incluso las finanzas públicas, por ello es un paso importantísimo.
—¿Cómo motivar a los alumnos? ¿Qué hacer con aquellos que presentan mayores dificultades?
—El ejemplo es relevante, pero no basta con aquello. En la literatura sobre finanzas de empresas familiares, un tema recurrentemente tratado es la desconexión del objetivo del fundador con la tercera generación. El ejemplo del esfuerzo del padre fundador de una empresa se traspasa al hijo, pero no necesariamente al nieto, motivo por el que el nieto posee un mayor desapego al objetivo familiar. Esta situación nos muestra una clave, es muy relevante la conexión hacia el mundo del niño.
Los niños millennials o también llamados “Generación Y” se están incorporando al mundo del trabajo y para los empleadores es un tema a solucionar también, como mantener la motivación en ellos, que están siendo sujetos a tanto estímulo.
Los alumnos de hoy manejan aparatos electrónicos a muy temprana edad y los adultos deben adaptarse a ello. Ya no basta con dejar a los niños viendo TV, ¿Qué programa están viendo? Es importante, no basta con el control parental. En Inglaterra se habla de lo inapropiado que es Peppa Pig, aún siendo un programa para niños, esa es la tendencia. Acercarse realmente a su mundo infantil y una vez ahí, educarlos con el ejemplo. Si el niño presenta dificultades y yo estoy muy cerca de él puedo tener un mejor diagnóstico de la situación, del factor que efectivamente está afectando su desempeño. Por ejemplo, si un niño resuelve mal un ejercicio de matemáticas puedo asumir que es malo para las matemáticas desde el prejuicio. Ello es muy descalificador y muy típico de la enseñanza que se desea desterrar.
—Voy a contar un caso personal sobre la teoría de conjuntos. Al estar en tercero básico, en matemáticas enseñaban dichos contenidos, dentro de ellos se hablaba de la Unión (Representada por la Letra U) y de la intersección (Representada por la Letra U invertida). En dicha época, respondí una prueba creyendo que al aparecer la U invertida hablábamos de un error del profesor al escribir y que en realidad quería decir Unión. Luego de la prueba, resolviendo esa creencia sobre el error del profesor, se solucionó el problema., No se trataba de un diagnóstico simplista del tipo «este niño es malo para matemáticas»
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