Asegura con certeza Rosana Sprovera, gerente general de la Corporación Educacional de la Construcción (Coreduc), la cual posee nueve colegios con buenos resultados académicos, pero donde el foco principal no está ahí, sino en la formación valórica y espiritual. “Lo demás viene por añadidura”, dice. 

Por Angélica Cabezas Torres

Nueve de la mañana y el polideportivo de la Corporación Deportiva de la Construcción (Cordep) ubicado en la comuna de Pedro Aguirre Cerda, está repleto de estudiantes y aún siguen llegando delegaciones. Estandartes, mascotas y la arenga de las barras son la tónica de esta mañana. La energía se siente en el aire. Se trata de la jornada inaugural de la VIII versión de los Juegos Deportivos Artísticos y Culturales organizados por la Corporación Educacional de la Construcción, donde participan sus nueve liceos. 

Durante tres días, los estudiantes defenderán el honor de su colegio en competencias de atletismo, fútbol, futsal, básquetbol, vóleibol, tenis de mesa, ajedrez, cueca y juegos del saber, entre otras disciplinas; sin embargo, la preparación ha sido durante todo el año.  

“Esta es una manera de trabajar nuestro proyecto corporativo en lo valórico”, cuenta Rosana Sprovera, gerente general de la Coreduc. Añade que esta iniciativa está inserta en un programa que han denominado “Formación para la Vida”, en la cual, mediante diversas actividades, los profesores trabajan aspectos valóricos con los alumnos. 

Los establecimientos que animan esta fiesta deportiva y cultural que busca fomentar el compañerismo entre los alumnos, son los liceos Óscar Corona Barahona, de La Calera; Rafael Donoso Carrasco, de Recoleta; Víctor Bezanilla Salinas, de Santiago; Sergio Silva Bascuñán, de La Pintana; Elisa Valdés, de Puente Alto; Ernesto Pinto Lagarrigue, de Rancagua; Jorge Sánchez Ugarte, de Concepción; Hernán Valenzuela Leyton, de Hualpén; y el Colegio Nahuelcura, de Machalí.  

De los nueve establecimientos, ocho son técnico-profesionales; por lo tanto, es fundamental entregarles a los alumnos herramientas que les permitan desarrollarse con éxito en el mundo laboral. “Nosotros consideramos que lo más importante es lo formativo. Si les brindamos una buena base formativa y académica, y los preparamos para el mundo del trabajo, en ese mismo orden, vamos a formar buenos profesionales”, dice Rosana Sprovera. 

Agrega que  los colegios Coreduc son altamente exigentes en lo académico y que tienen buenos resultados; sin embargo, en primer lugar está la base formativa.  “La mayoría de nuestros alumnos proviene de sectores vulnerables y llegan en primero medio, tenemos poco tiempo para trabajar con ellos, pero es posible”.  Y es más fácil cuando las actividades de enseñanza motivan a los estudiantes.  

Rubén Faune cursa 4° medio de la especialidad Construcciones Metálicas del Colegio Ernesto Pinto Lagarrigue, y desde 2012 participa en estos juegos. Para él, salir de la sala de clases y participar en una disciplina que le encanta, como es el básquetbol, es prácticamente un premio. “Aquí ponemos en práctica valores como el respeto, compañerismo, lealtad y sacrificio. Es un orgullo representar a mi colegio en estos juegos, donde participan tantos liceos, es una gran experiencia”, dice.  

Con su buen desempeño dentro y fuera de la cancha, Rubén se ha trasformado en un ejemplo para el resto de sus compañeros. De hecho, durante el acto de inauguración fue elegido para encender la antorcha olímpica y para realizar el juramento de los deportistas, junto al destacado deportista nacional Andrés Ayub, primer luchador chileno en clasificar a los Juegos Olímpicos (Londres 2012) y medalla de plata en los Juegos Panamericanos Toronto 2015. 

Los Juegos Deportivos Artísticos y Culturales de la Coreduc implican una preparación integral y de largo plazo. No solo se trata de preparación técnica para llevar consigo el  mayor número de medallas, también se requiere de preparación mental, como manejo de la ansiedad, técnicas de visualización, focalización, y de valores como el respeto, confianza, lealtad, orden, limpieza, disciplina y perseverancia.  

“Todo esto va formando un ambiente escolar adecuado y lo hacemos de una manera atractiva para los alumnos. Tratamos de trabajar los valores sin que ellos se den cuenta. Por ejemplo, en estos juegos también evaluamos la limpieza, la presentación y la conducta. Una vez finalizados los Juegos, conversaremos con los estudiantes y reflexionaremos sobre su participación”, indica Rosana Sprovera.