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Desde el vientre materno, o cuando apenas tienen un año recomiendan las últimas investigaciones que es clave leerle a los niños, para que luego desarrollen sus habilidades cognitivas. Conversamos con Katherine Strasser, subdirectora de Investigación y Postgrado de la Escuela de Psicología de la Universidad Católica, y María Graciela Bautista, directora de Fundación Lectura Viva.
Por Marcela Paz Muñoz Illanes
Hoy en nuestro país, siete de cada 10 niños en contextos vulnerables no leen o no entienden lo que están leyendo. Lo grave de esta situación es que esos pequeños no sólo obtienen malos resultados en las mediciones como el Simce, sino que probablemente no posean a futuro un desarrollo cognitivo adecuado para desenvolverse en diversas situaciones que deberán enfrentar en su vida.
Katherine Strasser, quien es doctora en Psicología y Educación de la Universidad Católica, actualmente trabaja en una investigación sobre la importancia de exponer a los niños a distintos libros, incluso cuando no saben leer. Por medio de una investigación realizada a estudiantes chilenos, pudo observar cómo aquellos niños de primero y segundo básico que han tenido más exposición a cuentos obtienen mejores resultados en inteligencia verbal. Pero ojo, se trató de pequeños que aún no saben leer.
“Es una investigación en la cual estudiamos la trayectoria de las habilidades de lenguaje, lectura y función ejecutiva de aproximadamente 250 niños de siete colegios particulares subvencionados y uno particular pagado de la RM, desde kínder a tercero básico. En primero básico, entre otras pruebas, pedimos a los alumnos que nos dijeran si reconocían o no cada una de las 46 portadas de los textos que incluían libros populares, cómics, libros del plan lector y cuentos clásicos. Esta es una medida común de la cantidad de exposición a textos escritos que ellos han tenido y que incluye lo que han leído en forma independiente y lo que se les ha leído”.
Según reveló Katherine, la principal conclusión a la que llegaron es que “la exposición a textos escritos explica en gran medida el crecimiento en las habilidades de lenguaje, razonamiento verbal y comprensión lectora desde primero a segundo básico, controlando por la función ejecutiva, edad, y colegio del cual provienen los niños”.
Lo anterior significa que los alumnos que reconocieron más portadas en primero básico, fueron los que más aumentaron en vocabulario, razonamiento verbal, comprensión auditiva y comprensión lectora. “Este hallazgo es consistente con otras investigaciones internacionales que muestran la importancia de exponer a los niños a libros y además enfatiza la necesidad de políticas que aumenten el acceso y exposición a libros en nuestro país”.
Esas observaciones han podido constatar en la práctica en la Fundación Lectura Viva, quienes llevan más de una década dictando talleres a profesores y bibliotecarios para promover el incentivo por la lectura desde los primeros meses de vida, incluso desde el vientre materno. “Las investigaciones nos muestran que los bebés desde el vientre escuchan las voces, identifican las de sus padres y cuando nacen vienen con una especial sensibilidad a la voz humana, por tanto conviene que desde el vientre se les relacione con el lenguaje. Cantarle, contarle, leerle son acciones que lo estimulan y lo van vinculando con el especial lenguaje de los libros”, advierte María Graciela Bautista, quien además de ser directora de Lectura Viva posee un magíster en Promoción de la Lectura de la Universidad de Alcalá, España.
Mesa del Libro
En esa misma línea recientemente fue renovado el programa que impulsó el ex ministro de la Cultura Luciano Cruz-Coke “Lee Chile lee”. El pasado 31 de julio, se reunieron en la biblioteca de Santiago, un grupo de editores, escritores, bibliotecarios, profesores, especialistas en la promoción de lectura, en total alrededor de 80 personas, del sector público y privado, para constituir la Mesa del Libro. El objetivo será poder desarrollar en los próximos tres meses las bases para una nueva Política Nacional del Libro y la Lectura que se dará a conocer a inicios de 2015.
A través de esta política se busca también fortalecer el trabajo de los docentes en el fomento de la lectura. “Dentro de la malla curricular de formación de docentes, se debe integrar tanto la literatura infantil como la formación de mediadores de lectura. Además, sugerimos cambiar la metodología de enseñanza de la lectura que considera primordial, la velocidad lectora. Si leer es un placer, ¿qué placer se mide con cronómetro? Ofrecer lecturas sin obligatoriedad y con libertad de que el lector elija”, sugiere María Graciela Bautista.
Con esa idea coincide Katherine, quien explica que “es muy importante poder dar opciones para que los niños escojan leer lo que les interesa. No todos los niños tienen interés por la narrativa, a veces un libro expositivo puede encantar a niños que no se interesan por un cuento. Por ello la importancia de una biblioteca bien surtida es fundamental”.
En ese sentido, para la directora de Lectura Viva una de las quejas más frecuentes en los jóvenes acerca de la lectura, son las evaluaciones asociadas a los libros. Ante lo que responde: “La literatura es un arte, por tanto, es indispensable que se permita disfrutar de esta expresión como se hace con otras expresiones artísticas, como con la música y la pintura. Pero en la escuela se instrumentaliza, con propuestas de enseñanza y transmisión de valores, pasando por encima de su cualidad estético lúdica,” termina.
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