Suscríbete a nuestra revista y podrás leer el contenido exclusivo online
Regístrate y accede a la revistaLa principal clave es hacer de la entrada a clases una experiencia más amigable y menos estresante para los niños, según los consejos de la psicóloga Teresa Izquierdo, coordinadora del programa “Aprender en Familia” de Fundación CAP.
Después de un largo período de vacaciones, juegos, horarios flexibles, salidas y un merecido descanso, llega marzo con todo lo que esto significa: volver a las salas, retomar rutinas y hábitos de estudio, compartir con compañeros en los recreos y conocer a nuevos profesores. Esto puede generar en los niños expectativas positivas, pero también temores y ansiedad ante la exigencia de enfrentar un mundo más estructurado y de mayores desafíos fuera de la cotidianeidad del hogar. Para que los papás apoyen a sus hijos en su vuelta al colegio, Fundación CAP les entrega una serie de consejos, preparados por la psicóloga Teresa Izquierdo, coordinadora de su programa “Aprender en Familia”. Éste busca potenciar el aprendizaje y desarrollo integral de los niños, en su mayoría en situación de vulnerabilidad social, mediante la participación activa y eficiente de la familia en la educación de sus hijos.
La especialista aconseja compartir con el niño sus temores e inquietudes, sin minimizarlos o restarles importancia y alentarlos a verbalizar sus emociones, ya que así se sienten acompañados. “La aceptación y comprensión de los padres les permite empatizar con los hijos y compartir sus propias emociones. Puede ser aliviador para el niño saber que a los adultos también les cuestan los cambios y comenzar sus actividades rutinarias”, comenta la psicóloga de Fundación CAP.
Para hacer de la entrada al colegio un proceso paulatino y novedoso, es importante regularizar los horarios, tanto de sueño como de comida. Los niños necesitan de libertad progresiva para llegar a ser personas autónomas e independientes; sin embargo, también requieren que se establezcan ciertas normas y límites acordados para sentirse seguros en un mundo ordenado y predecible. En este sentido, puede ser beneficioso conversar y llegar a acuerdos acerca de las horas que se dedicarán diariamente al estudio y a hacer tareas, así como a jugar, siempre considerando el ritmo personal y la edad.
También se recomienda comunicar lo que se espera del niño, lo que es vital para rayar la cancha. Esto entendiendo que si bien las notas son necesarias, el acento tiene que estar puesto no sólo en el rendimiento, sino en la experiencia de aprendizaje, de saber más, en el logro y en ir superándose en relación a sí mismo, en el sentido de los aprendizajes para su vida, tanto a corto como a largo plazo. Es vital que los padres y adultos demuestren confianza en las capacidades del niño y en la perseverancia.
Además, es positivo crear un ambiente que predisponga y motive al aprendizaje, asignando un lugar adecuado dentro del hogar, iluminado, alejado de ruidos y distracciones. También motivar a la lectura dentro del hogar, leyéndole un cuento al acostarse si son pequeños; tener libros a su alcance de acuerdo a la edad, aclarar sus dudas y revisar el cumplimiento de tareas y deberes.
El tipo de relaciones que se establecen al interior de las familias o los ejemplos de vida que se entregan tienen una gran influencia en la formación de la confianza de los hijos en sí mismos y los demás, que les ayudará a enfrentar de mejor manera los desafíos y situaciones nuevas con mayores posibilidades de éxito en su vida personal y académica futura.
Tips para que los padres se involucren en educación de sus hijos
Estar informado sobre aspectos importantes relacionadas al ámbito académico: contenidos que se están pasando, períodos de pruebas, tareas, etc.
Fomentar una actitud positiva y de valoración hacia la educación, rescatando aspectos positivos del colegio, de los docentes y de sus pares.
Fomentar y valorar las oportunidades de desarrollo social, y emocional que brinda la educación o el establecimiento escolar del hijo.
Participar de la escuela, conversar con los profesores sobre los hijos, de sus fortalezas, debilidades y pedir sugerencias para apoyarlos.
Participar de sus aprendizajes: preguntarles qué están aprendiendo y buscar distintas formas de aplicarlo a la vida cotidiana del niño.
Conocer a los compañeros y otros apoderados del curso. Ponerse de acuerdo en las normas comunes (horas de llegadas, permisos, etc.)
Poner el foco en las fortalezas: observar y destacar de forma explícita las fortalezas, cualidades, esfuerzos y logros del hijo/a, en el plano académico y personal. Cuidar que los comentarios o el acento nunca esté más puesto en las dificultades y carencias.
Revisa nuestro contenido en todas las plataformas desde un teléfono hasta nuestra revista en papel.
Mantengamos la conversación, búscanos en twitter como @grupoEducar
Tweets by grupoEducarIngresa a nuestra comunidad en Facebook y profundicemos el debate.