Inmersa en el año escolar, con grandes desafíos y aquejados también por el actual escenario de la educación chilena, nos encontramos con la Decana de la Facultad de Educación y Ciencias de la Familia de la Universidad Finis Terrae, Luz María Budge.

Sin rodeos, le dijimos. Está claro que la educación se ha convertido en un tema transversal a todos los chilenos. De hecho, gran parte del escrutinio público está sobre la mirada y el trabajo del nuevo ministro del ramo. Entonces, la opinión de una experta como Luz María Budge, Decana de la Facultad de Educación y Ciencias de la Familia de la Universidad Finis Terrae, es cada vez más relevante.

– ¿Cómo describiría el escenario de la educación chilena? ¿Qué factores influyen en el panorama actual?
– En esta materia tenemos un desafío inmenso, mayor incluso al de otros años. Por un lado, las grandes expectativas de que un nuevo gobierno aporte nuevas ideas, nuevas caras y nuevas energías que puedan cambiar los pobres resultados en las distintas mediciones de aprendizaje; por otro, las ‘lagunas’ de cientos de horas de clase perdidas entre los sucesivos paros de años anteriores y las que se perderán como consecuencia del terremoto de fines de febrero.

– Pero, ¿algo hemos avanzado?
– Estamos en deuda con los niños, aún cuando ha habido mucha preocupación por mejorar la calidad de la educación. Nuestros niños no saben lo que deberían saber y no han adquirido las competencias necesarias para desenvolverse adecuadamente en el siglo XXI. Se les han dado computadores y libros, se han construido salas y edificios, pero no hemos logrado que su desarrollo cognitivo y emocional alcance los estándares que necesita el país.
El país ha tenido un significativo crecimiento económico, se ha desarrollado rápidamente, en parte por una buena gestión y en parte porque hemos tenido buenos precios para nuestros productos.

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